La figura del Coach ha tenido un gran auge en los últimos
tiempos en virtud de que ha sido una práctica que ha probado dar muy buenos
resultados en ámbitos tan variados como el deporte, el área corporativa y muy
recientemente en la salud, sin embargo muy poco se escucha del Médico como un
Coach.
La palabra Coach es inglesa y significa literalmente
“carruaje” que es un medio de transporte. Etimológicamente, según indica Lidia
Muradep en el libro Coaching para la transformación personal, “el coach es
quien conduce a alguien de un lugar a otro”.
El Coaching es un proceso de acompañamiento en el que el
coach, a través de una conversación transformadora, genera oportunidades de
aprendizaje para facultar al “coachee” o pupilo, a que tome las acciones que
considere pertinentes para lograr el cambio deseado.
Los requisitos indispensables para realizar un coaching de
salud efectivo, es que el médico desarrolle habilidades de comunicación que
faciliten su interacción con los pacientes, y entre las más importantes están
la empatía, la escucha atenta, hacer preguntas poderosas que inviten al cambio
más que imponer comportamientos, y lo mejor de todo celebrar con su paciente
los logros que se vayan obteniendo. Es importante destacar que el coaching no
es psicoterapia, y está destinado a ser aplicado a personas que están sanas a
nivel mental.
El lugar ideal para la sesión de coaching es en el
consultorio, y el tiempo es con el que se cuente, desde diez minutos a una hora.
El momento es cuando se da la relación médico-paciente, promovida por el galeno
persiguiendo el bienestar de su paciente, y como dice el Dr. Miguel Garassini,
“El que cura al paciente no es el medicamento es ¡el potencial del médico!”.
El paciente al acudir a la consulta ya está otorgándole su
confianza al médico, y éste debe entonces afianzar esa confianza haciéndole
saber al paciente que en realidad le importa. Para garantizar una
compenetración positiva en la práctica del coaching, el Coach debe amar a su “coachee” o pupilo, entonces por analogía
el Médico debe amar sinceramente a su paciente y hacérselo saber.
En el área médica o de salud, la Dra. Jaci Molins Roca,
española, específicamente de Cataluña, escribió el libro “Coaching y Salud” y
en su página web www.coachingsalut.com ha desarrollado todo lo relacionado
a la aplicación de esta estrategia en el área de la salud. En su artículo “Comunicar
salud: el paciente aliado” dice que “con el coaching de salud se mejora la
relación médico-paciente, se consiguen cambios más efectivos en la aplicación
de hábitos saludables y en la adherencia a los tratamientos en las enfermedades
crónicas, un mayor control de los factores de riesgo, y por último como
consecuencia de todo ello, se ahorrarán recursos económicos en el sector
sanitario.”
Sería esperanzador que se formalizara la formación de los
equipos médicos y de enfermeras en las técnicas del coaching de salud para
estimular la transformación positiva de los pacientes, y moverlos de la
posición de indefensión o de víctimas, a protagonistas de su proceso de
sanación.
Y como el amor y el humor lo curan casi todo, no olvide sonreír.
El Médico como Coach de salud debe sonreír más y ¡utilizar el humor como
medicina!. Así que en su próxima consulta sea usted médico o paciente, dispóngase
a hacer de ese encuentro una experiencia positiva y transformadora. ¡Feliz
Vida!
Lic.
Katerina Rojas
Facilitadora
y Coach de Bienestar
@InspiraPositiva
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